Manuel Avila

Cuando vemos la lucha sin cuartel de los dos bandos de AD en Nueva Esparta entendemos porque el país está embadurnado de chavismo. De esas torpezas políticas se alimenta la revolución y se ha nutrido por años de estos errores que convierten a los partidos políticos en errores de la historia.
En esa lucha sin cuartel de los dos grupos en disputa se ha obviado la impresión ante la opinión pública y más allá de la tesis “adeco es adeco hasta que se muera”, esa tolda política de tanta historia nacional no puede continuar haciéndose el harakiri en público. Esas luchas fratricidas forman parte de un suicidio político porque mañana cuando venga la reconciliación entre institucionales y alacranes no quedará hueso sano para mantener viva la llama y la barquilla de los blancos.
Por esa lucha bárbara que recorrió el planeta en videos de poca monta, no solo se le hace daño a AD, sino a la democracia y a la mágica unidad nacional. Eso es lo que no miden los protagonistas de la era de la barbarie que terminan convirtiendo a AD en una tolda del desprestigio y la locura política.
El cruce de manos, el combate callejero y los insultos a vox populi que recogen los medios nacionales sobre el acto bárbaro de Bella Vista es solo un episodio de los muchos que vendrán en la lucha por los símbolos, la casa del partido y la tarjeta. Es una verdad del tamaño de un templo que la AD judicializada ganará en todos los terrenos estas disputas porque Bernabé con su habilidad política le pasó por encima a su carnal de ayer Henry Ramos y lo dejó solo preso de sus páginas históricas de la AD revolucionaria.
A Henry solo le quedó como opción en las elecciones del 21 N apostar a candidatos perdedores en todo el país y dejar de lado los estudios de opinión que daban ganadores en varios estados a los candidatos de la oposición. Ese fue el caso de Nueva Esparta donde Morel Rodríguez estuvo tres meses esperando por el apoyo de la MUD y no pudo cristalizar su tarjeta y en esa larga espera apareció Bernabé con su tarjeta judicializada y logró un acuerdo que terminó en una victoria contundente en Nueva Esparta.
Sabía Henry Ramos que Morel coronaría como Gobernador por la memoria histórica de los insulares y aun así tomó los caminos torcidos de un gobernante que no hizo nada para cambiar la cara de la región en 4 años.
Ahí empezó el equipo de Bernabé a orientar su victoria en Nueva Esparta porque le entregó la tarjeta a Morel para que ganara los comicios del 21 N, lo que fue una estocada definitiva a quienes apostaron a un gobernante que no pudo levantar vuelo porque su gestión le falló a Nueva Esparta. Por eso es cuesta arriba para el bando de Henry Ramos en esta lucha que arrancó en defensa de la historia y los postulados filosóficos de AD.
No le será fácil al bando de Henry Ramos sacar alguna ventaja de una discusión que con ese estilo no le será posible remontar la cuesta porque los adecos con poder saben jugar la partida.
La división de AD persistirá en los próximos años y por mucho tiempo porque son posiciones irreconciliables que ubican los dos bandos y ponen en otra parte a los adecos que no están ni con unos, ni con otros. Por eso llego a creer que los adecos institucionales de verdad son los que decidieron apartarse y ver la pelea desde la distancia porque han debido empujar para anotarse a ganadores y no apuntarse en las filas de un candidato que nunca superó el 15% en las encuestas. Ahí fue donde la gente de Bernabé supo sacarle filo a su posición política que estuvo en la picota durante mucho tiempo por su acercamiento al régimen, pero como dice el refrán en el amor, en el deporte y en la política cualquier jugada que te dé la oportunidad para ganar debes usarla. Esa fue una batalla de grandes alternativas en aquel momento electoral y muchos por orgullo se fueron de bruces defendiendo un gobierno que dejó a Nueva Esparta huérfano por cuatro largos años.
En estos tiempos la lucha por el poder blanco continúa de manera desproporcionada y la gente sigue viendo una película de terror que en nada conviene a los venezolanos de cara a una contienda presidencial del 2024 y donde es el pueblo de Venezuela quien se juega a Rosalinda. Pero los dos bandos blancos tienen la pelota en las manos y son libres de hacer la pelea que quieran, pero no ante unos venezolanos que sueñan con la unidad nacional y ven a estos señores peleándose por la Jefatura de la nada.
El país sufre viendo en el ring side esta lucha bárbara que tiene a Nueva Esparta como un anti modelo de la política nacional y donde a trompadas se pretende resolver un problema tribunalicio que se debe dirimir en las catacumbas de la adequidad. Mientras todo eso ocurre el bando chavista celebra, se frota las manos y aplaude con sordina un cuadro dantesco de una obra teatral de muy mala calidad.

Un comentario

  1. Es lamentable a lo que se ha llegado en el ámbito partidista, los políticos por naturaleza son hipócritas, pero hora son inhumanos, yo veo urgente intervención de las leyes en el funcionamiento de los partidos políticos.

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