Pedro González Silva

Este martes 7 de marzo, entra Saturno a Piscis. Tal acontecimiento astrológico tiene para mí, un significado muy especial que me gustaría compartir con ustedes, mis lectores.

La última vez que Saturno entró a Piscis fue hace 29 años, es decir, en 1994. Para ese entonces yo ejercía mi profesión de periodista en un diario venezolano ubicado en Caracas.

Salí de vacaciones a finales de febrero de ese año, y vi un anuncio en un periódico, de un curso de astrología, y me inscribí.

El curso inició el 15 de marzo del 94, y nuestro profesor nos anunció la hora: “Estamos empezando a las 6:10 de la tarde; estaba escrito que esa era la hora de inicio, no podía ser antes o después, este es el momento cósmico”.

Bueno, lo que pensaba que sería un cursito más, para ampliar conocimientos generales, se convirtió en un momento significativo que cambió el rumbo de mi vida, al dedicarme a la profesión de Astrólogo. Mi profesor, mi Maestro, José Hernández, marcó ese nuevo rumbo en mi vida.

Y bien, este nuevo rumbo coincidió con los primeros pasos de Saturno por el signo de Piscis, y no debe ser casual que mi Maestro José Hernández sea Capricornio (regido por Saturno) y tenga a Neptuno (regente de Piscis) en su ascendente.

Por mi parte, Saturno rige mi Medio Cielo (área profesional), y en Piscis está ubicado mi Nodo Lunar Sur (vidas pasadas), así que había retornado a mi ancestral oficio de otros tiempos.

Por tanto, este nuevo ingreso de Saturno a Piscis, representa mi “retorno saturnino” como Astrólogo; una gran etapa que a su vez implica nuevos retos.

Sabemos que Saturno es un planeta que se asocia al tiempo, por lo tanto, bajo su efecto hay que perseverar y tener paciencia, porque “todo bajo el Sol tiene su tiempo”, las cosas son cuando tienen que ser, así como dijo mi Maestro José Hernández, cuando señaló que nuestro curso estaba empezando en el momento que tenía que empezar.

La presencia de Saturno en Piscis es contrastante y a la vez con interesantes semejanzas; contrasta porque Saturno limita, estructura, y Piscis se asocia a lo ilimitado y sin forma; por consiguiente, el astro de los anillos en esta franja zodiacal debe hacer un titánico esfuerzo por darle forma o cauce a esa inmensidad oceánica que representa nuestro mundo subconsciente.

Pero a la vez Saturno y Piscis se llevan bien: la disciplina de Saturno se encauza de tal forma en Piscis que deja de ser pesada: te sumerges en tus labores con tal profundidad, que no te das ni cuenta del tiempo que transcurre.

Así me ocurría cuando estudiaba astrología y me ponía a investigar y a experimentar; podían darme las tres de la madrugada y no me despegaba de la computadora o de los libros, estudiando, investigando, comprobando…

Además, Saturno y Piscis tienen energías “kármicas”, es decir, experiencias del pasado que llevamos en el subconsciente y que, al aflorar de alguna forma, nos permite corregir situaciones del pasado, retomar asuntos pendientes para terminar de realizarlos.

Ilustración: Pedro González Rondón

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